viernes, diciembre 31

para esta parte del día la horas se mezclan con agua y cerveza

por la noche serán las nubes quienes hablen por noxotros

los labios abiertos y en el cuerpo
esta sensación de algo de verdad es nuevo

miércoles, diciembre 29

flotan en el viento
se estrellan en la pared

rastros de nubes
rastros de pasto
pelos de gato

la voz sólo es agua
que retorna al oído

llueve
viento

la memoria revienta
en la sábana.



jueves, diciembre 23

los pies permacen inmóviles. la humedad del pasto, las hormigas,
el brazo entumido, permanece en su posición, detiene la cabeza.
los ojos secos.
los labios secos
las manos sudadas

aquí no pasa nada

el baño público está cerrado y hay resto de orines en la puerta y el piso, un hombre un simple mortal más camina a duros pasos con la tercera pierna metálica. una perro observa sentado junto a un árbol
y en un pasillo unos niños aplican agua fría a la cabeza de otro niño que cayó de la bicicleta, el señor vendedulces les pregunta cómo está, los niños asustados dicen, no sabemos.

bajo la chamarra el paquete arrugado de cigarros. pasea una vez más por el parque, angustiada, desorbitada. saca un plano cigarro y lo pone entre sus labios
fuma, fuma fuma humo humo calor.
sólo eso resta después de confundir actitudes palabras nombres situaciones y eso que no hay cervezas ni vino en su historia, tan sólo la gastada idea de cambiar constantemente sin saber exactamente en qué, espacio tiempo voces, quizá.
aquí pasan las cosas con la lentitud de la neblina cayendo, aquí pasan las cosas con la morosidad de un párpado que se abre relajado.
¿sabrá qué hacer? no, no lo sabe pero desacansará hasta saberlo, no dejará de intetar vivir o definitivamente volar una mañana con los ojos hinchados
y los labios secos.

aquí la neblina cubre otras densidades.

botella de vino arrojada a al pasto.

viernes, diciembre 3

ya la voz
o el silencio
que triste la mirada
que malos días pasa

sabiendo
que este norte
es pecho bronco