jueves, junio 1

El abecedario de la pretexta-ensenadense
(1ra parte)
(las dos partes se encuentran en este mismo post)

Fabio Morábito (Grieta de Fatiga, Tusquets, 2006), César Ibarra (Cruz del norte, FORCA, 2005), Paloma Villegas (Agosto y Fuga, ERA, 2004) Premio Internacional de Literatura Sor Juana Inés De la Cruz 2005), son tres de los escritores que hicieron su viaje a Ensenada en el mes de abril 2006 para presentar sus respectivos libros. Boletines de prensa, e información enviada a los medios en portafolio dos semanas antes, 200 correos electrónicos, invitaciones, carteles y llamadas por teléfono, se hicieron para invitar a la comunidad a asistir a este diálogo de los escritores con el lector. ¿El resultado? poca, verdaderamente poca gente, entre 10 y 20 por presentación.

Durante mucho tiempo he escuchado la queja de los escritores locales argumentado la falta de presentaciones de escritores de calidad, de autores foráneos, he escuchado la amarga y doliente queja de que no son tomados en cuenta, de por qué los escritores buenos sólo van a Tijuana y a Mexicali, que si no se hacen esfuerzos para traerlos a Ensenada, que si los responsables hacemos o no promoción del evento. Cada vez que les es posible hablan y dicen, publicitan su molestia desvirtuando el quehacer cultural de las instituciones. Me pregunto, ¿dónde están cuando estos escritores vienen a presentar sus libros, a conversar con ellos, a conocer a los escritores de este puerto del norte? la respuesta yo no la tengo, no se dónde están en el momento de responder a sus propias peticiones haciéndose ojo de hormiga para después despotricar contra lo que no quieren ver que sí sucede en Ensenada.

Han pasado por aquí al menos Agustín Ramos, Francisco Hinojosa, Mónica Lavín, Luis Felipe Lomelí, Enrique Rentería, Tomas Segovia, Elmer Mendoza, Virginia Hernández, Juana Arancivia, David Miklos, Emilio Carballido, Eugenio Aguirre, Javier Manríquez, Mario Bellatín, Tere Estrada, entre otros. Han vivido y hemos vivido quienes organizamos estos eventos el desconcierto de la ausencia de aquellos que tanto piden y reclaman la presencia de escritores de esta talla en Ensenada ni libreros, ni escritores (salvo los que siempre van a todo lo que sea literatura, contados con los dedos de una mano) Este desconcierto crea una insatisfacción en el promotor, en el escritor que viaja a 3 mil 542 kilómetros para encontrarse con el lector.

Todas las mañanas escucho la radio local. Como cantaleta la gente repite que somos un pueblo que no lee, y que la lectura es un beneficio para el ser humano, un alimento, una necesidad, que es importante para el espíritu, también he oído decir a los maestros es que los muchachos no leen, ellos tampoco pero ya son maestros, ya leyeron alguna vez en su carrera. He escuchado cientos de gente repetir hasta el cansancio de que no se lee, que México es un país de no lectores, que es importante fomentar la lectura en los niños, y cada vez que se habla del libro se le venera, se le respeta se exalta, quizá por ello hay temor a leer. El sistema educativo enseña gramática a partir de la literatura, y la convierte en algo aburrido y lleno de reglas, sin diferenciar entre la gramática como estructura del lenguaje y la literatura como un arte, un placer. Y los niños, jóvenes y adultos huyen del escritor, la literatura y todo lo que huela a objetos directos, indirectos, predicados, verbos, sujetos, es decir la literatura desmenuzada para la estructura del lenguaje.

Insisto un pueblo, una comunidad que ignora a sus artistas, a sus escritores, a su gente que trabaja en hacer posible el contacto entre estos, es un pueblo que ha perdido una parte de su espíritu, un pueblo que desconoce a sus artistas es un pueblo que no reconoce su propia historia. Un pueblo se escribe a diario, se pinta a diario.

Es triste el panorama, uno quisiera que asistieran ya no 500 personas, al menos 50 a estos eventos sean escritores locales o foráneos.

Analizando, bajo el desconcierto, y la reflexión, me he puesto a ver los posibles motivos para el ausentismo en eventos literarios (claro está hay otros miles para los teatrales, dancísticos)
a) Nadie se entera, porque no leen la prensa, ni escuchan la radio, ni ven los programa de televisión locales
b) No se voltean a ver los carteles, ni se toman las invitaciones de los lugares donde se colocan
c) No les importa, no hay interés real.
d) La gana de que sea en otro lugar y no donde se realizan actualmente los eventos.
e) Que les cae mal quién organiza.
f) Tener siempre un motivo para quejarse por que a su ver no se han las cosas como debieran ser.
g) Porque consideran que todo lo que viene de instituciones de mala calidad.
h) No les gusta el ambigú.
i) Tiran los correos promociónales por flojera de leerlos y no se enteran. No revisan la carpeta de No deseados y la vacían sin revisar si hay correos que les interesen…los ven e igual los tiran.
j) El materialismo y el consumismo no es un libro.
k) No ir porque siempre hay que tener de qué quejarse.
l) Los coordinadores de talleres no creen importante que sus alumnos tengan contacto con otros escritores.
m) Los alumnos de los talleres no tienen tiempo y no consideran las presentaciones de autor como importantes para su formación.
n) Porque no existe una demanda real, un público participativo.
o) Porque es gratis.
p) Porque no se les da la gana ir.
q) Porque no les gusta el escritor o su obra.
r) Porque desconocen al autor.
s) Porque no se enteraron a tiempo.
t) Porque realmente se han creído que somos un país que no lee y hay que hacerlo ver tan real, tan real que la ausencia es la mejor forma de demostrarlo.
u) Porque hay otras cosas más importantes.
v) Es aburrido de antemano.
w) Están inmersos en su propia creación.
x) Porque no necesitan el diálogo con el otro, autor, o gente.
y) Porque no tiene un fin social determinado (recaudar fondos para una causa)
z) Porque no pertenece a la alta alcurnia ensenadense.
aa) Porque creen que hay una mafia alrededor y no la van a fomentar.
bb) Porque no es su amigo el escritor y quién sabe quién sea.
cc) Porque como dice una amigo –El caso es hacerla de pedo aunque las cosas anden bien.
dd) Porque como dice Paloma Villegas es difícil desplazarse para ir a ver al escritor, y es mejor hacer una rueda de prensa. (en el DF, por supuesto)
ee) Porque hay más escritores que lectores.

Se puede argumentar otro abecedario más y aún así nos sobrarían pretextos y motivos para dejar vacías las salas de lectura, las galerías, los teatros, los cinclubs. Si el arte es alimento para el espíritu y reflejo de la sociedad, creo que en Ensenada algo está pasando en ese sentido: el artista se refleja a si mismo y la sociedad no se reconoce en la obra y por lo tanto no alimenta su espíritu, o el pueblo niega su propia alimentación espiritual y la imagen que sale de él en la obra del artista. O definitivamente habrá que crear otras formas para acercarse a la sociedad y leerle al oído algo que lo despierte de su mutismo y apatía.


El abecedario de la pretexta-ensenadense
(2ª parte)


En la presentación del libro Grieta de Fatiga el escritor Fabio Morábito dijo algo así a los pocos asistentes, -esto que ustedes acaban de presenciar en otros países la gente paga, por ver a un autor, porque es un privilegio, en México no es así. Si bien he vendido mil libros pienso en los mil lectores que son ya rostros que entablan una comunicación y eso me hace feliz, ahora pensar en los 50, 100 lectores o hasta 1000 son en verdad muchos- Gracias por estar aquí.

La emoción en el rostro de Agustín Ramos conversado con sus lectores sobre el personaje Caramelo, de su reciente novela y sobre las pasadas era verdaderamente gratificante, escuchar como el lector va a la par del escritor descifrando comentando sugiriendo.

La mirada de desconcierto, el levantamiento de brazos y sonrisa de David Miklos ante la metralla de preguntas del público sobre su primera novela La piel muerta, por cierto la primera vez que el autor la presentaba en público fue verdaderamente emocionante.

El desahogo de pistas de la novela de pareja de Luis Felipe Lomelí cautivó, la gente preguntó, vida personal, viajes, emociones, gustos, la curiosidad sobre el tema amoroso, desamoroso, de la locura de la mujer en la pareja de la novela, la lectura emocionada de Luis Felipe y el placer de contar a la gente más allá de la novela.

El gusto en el rostro de César Ibarra cuando alguien entre los asistentes a la presentación de su novela histórica Cruz del Norte, le dijo: si hubiera sabido de antemano que era la presentación de una novela histórica no vengo, no me gustan las novelas históricas, pero que bueno que vine porque me parece bien documentada, el lenguaje literario es excelente, es un trabajo valioso, felicidades.

La sonrisa amplia y agradable de Paloma Villegas, cuando una niña entre el publico hace una pregunta que no esperaba y responde felizmente, con el gesto alegre de que una niña ya se hubiera leído el libro.

Estos son los instantes en los que el esfuerzo de organizar eventos literarios, marcan, y recuerdo entonces que finalmente pocos o muchos siempre habrá alguien que esté dispuesto a escuchar, a dialogar más allá de las pretensiones de la fama literaria, del regodeo artístico, del olvido intencional o no.

Que diseñar invitaciones, redactar prensa, leer el libro en puerta, buscar apoyos, invitar personalmente, enviar cientos de correos, cobra su justa dimensión en el aprecio de la gente que acude, aunque sólo sea una la que escucha, dialoga con el escritor. Éste sabe que está en una tarea difícil, pero que al final de la noche hay una amable y agradable sensación del dialogo franco entre al menos unos de los 15 o 20 de la presentación del día. Esto sucede, y no dudo que haya escritores luminarias que se enojen ante la ausencia porque son famosos y prestigiosos. Pero en su mayoría es gente que disfruta de un buen escuchador y una buena conversación. Son, quizá, detalles mínimos pero que valen la pena.