el cansado azota el pie en la mesa
desarma radios portatiles y no descubre de donde proviene la voz
su cabeza gira
gira, y se derrumba sobre una aspirina
el sentido de la vida se pierde
en una taza de te
y el inconfesable deseo de dormir y
roncar tan fuerte sin autodespertarse
morir de risa
sacar la lengua
y estirarse tanto hasta desprender las cervicales
el cansado abofetea la almohada
y llora su insomnio.
Florecita Rockera, vine a visitarte.
ResponderBorrarUsa tu correo electrónico más seguido, para escribirme por ejemplo. Abrazos desde Florida,
Regina Swain