viernes, noviembre 28
jueves, noviembre 27
la calle
aves roñosas recién nacidas sobre la banqueta
músico cantando en la banca de espera del microbus
señor con hijo vendiendo camarones
vendedor de verduras y frutas desespinando pitayas
espinosa ensenada
camarón dormido del pacífico
amaneció esta mañana cubierta
de polvo, ramas y basura
sobre la mesa las cartas de los masones
aves recién nacidas roñosas sobre la banqueta
tratan de quitarse la paja de la escoba que las barrió.
aves roñosas recién nacidas sobre la banqueta
músico cantando en la banca de espera del microbus
señor con hijo vendiendo camarones
vendedor de verduras y frutas desespinando pitayas
espinosa ensenada
camarón dormido del pacífico
amaneció esta mañana cubierta
de polvo, ramas y basura
sobre la mesa las cartas de los masones
aves recién nacidas roñosas sobre la banqueta
tratan de quitarse la paja de la escoba que las barrió.
Viejos amores
Leon Gieco
Vienen a visitarte de tanto en tanto
Ellos solos se anuncian
en un sueño liviano,
juntan las manos
Son los viejos amores que te recorren,
laberinto de flores
aunque no los nombres
Tienen forma de aire y dos aromas
de siempre conocidos
Nadie puede cambiar
la música de sus palabras
Son los viejos amores que se aparecen
sin querer, de repente,
aunque no los nombres
Esos que te rescatan de algún abismo,
los que dan la sonrisa,
llaman esta mañana domingo por la ventana
Son los viejos amores que están adentro,
siempre latiendo,
aunque no los nombres
Leon Gieco
Vienen a visitarte de tanto en tanto
Ellos solos se anuncian
en un sueño liviano,
juntan las manos
Son los viejos amores que te recorren,
laberinto de flores
aunque no los nombres
Tienen forma de aire y dos aromas
de siempre conocidos
Nadie puede cambiar
la música de sus palabras
Son los viejos amores que se aparecen
sin querer, de repente,
aunque no los nombres
Esos que te rescatan de algún abismo,
los que dan la sonrisa,
llaman esta mañana domingo por la ventana
Son los viejos amores que están adentro,
siempre latiendo,
aunque no los nombres
la pila, la bastarda pila, hija de mi computadora se negó a trabajar. habrá que cambiarla. y ahí voy cargando el cpu por las calles, con un terrible viento de santana alaciándome el cabello. tomé un taxi, el conductor y uno de los pasajeros recitaban el brindis del bohemio. el taxista: pelón ojo azul, mostacho güero, el pasajero: moreno greñas paradas maestro de guitarra en una escuela primaria. a mi lado el armatoste negligente, descomponerse y en sus eléctricos dentros las correcciones de un libro que tengo que entregar hoy a su autor...
miércoles, noviembre 26
martes, noviembre 25
lunes, noviembre 24
Morder
Aquí sólo caben lenguas.
Las paredes blancas
Las calles de agua
En la ventana gatos
Nosotros, líneas negras
Que buscan su vértice
Morder
Acción de hincar diente
Acción de pez soluble en vino.
Morder
Amor y odio en el beso
Explosión de ojos
Morder
Boca guillotina
Que separa al mortal del mundo divino.
Aquí sólo caben lenguas.
Las paredes blancas
Las calles de agua
En la ventana gatos
Nosotros, líneas negras
Que buscan su vértice
Morder
Acción de hincar diente
Acción de pez soluble en vino.
Morder
Amor y odio en el beso
Explosión de ojos
Morder
Boca guillotina
Que separa al mortal del mundo divino.
viernes, noviembre 21
martes, noviembre 18
se agrave la tensión letres
chicotes metálicos cascabeleando en le banqueta
se amoneste la lengua
se avispen los ojes y no tengás tempo de mirarte
nelespejo talcual como te has borroneado
el cielo permanece...trago vidrios
sangrecilla inútil
de la espaciosa solitaria hembra
que se sacude entre cobijas
bah
palabres rotas...ima - genes torpes.
fcr
chicotes metálicos cascabeleando en le banqueta
se amoneste la lengua
se avispen los ojes y no tengás tempo de mirarte
nelespejo talcual como te has borroneado
el cielo permanece...trago vidrios
sangrecilla inútil
de la espaciosa solitaria hembra
que se sacude entre cobijas
bah
palabres rotas...ima - genes torpes.
fcr
lunes, noviembre 17
hay una intermiable secuencia de palabras enfermas de aquel hombre de sinaloa, golpeador y maltratador de musas, mira que jalarle las greñas, estrujarla... esa idea de que la poesía es una enfermedad maligna, que te hace sufrir, odiar y malvivir es una patraña. ¿vestirse de poeta? ¿engolar la voz? ¿sacrificar el pan para ver que se siente escribir con el estomago vacío? que pena...incluso es terrible tratar de escribir con la barriga en cero, o con la boca hinchada después de una bronca.
¿acaso las musas no son para hacer el amor? y entonces ¿para qué meterle unos chingazos?
no hay miseria ni burguesía en un buen vino, o una linda chamarra, vaya ni siquiera en un infalible zippo o en un delicioso salmón bien cocinado...
seguramente la musa del poeta sinaloense anda por ahí intoxicada. después de darle de palos en un texto de 32 paginas, leído con voz engolada y a gritos, ni siquiera el baño sirvió de refugio para mantenerse lejos del tal ataque...
¿acaso las musas no son para hacer el amor? y entonces ¿para qué meterle unos chingazos?
no hay miseria ni burguesía en un buen vino, o una linda chamarra, vaya ni siquiera en un infalible zippo o en un delicioso salmón bien cocinado...
seguramente la musa del poeta sinaloense anda por ahí intoxicada. después de darle de palos en un texto de 32 paginas, leído con voz engolada y a gritos, ni siquiera el baño sirvió de refugio para mantenerse lejos del tal ataque...
martes, noviembre 11
lunes, noviembre 10
sigue ahí tan lleno de agua fría, tan silencio tan nada...el tanque oxidado, sus controles brillantes nuevos como si ninguna enfermedad le atacara...pero no sirve, le extrajeron las varillas catódicas hace tres años antes de instalarlo, y esa fue su sentencia, una muerte anunciada por corrosión, por la corrupta maña del plomero para tener un trabajo seguro, lo soldó varias veces y la última vez ni siquiera le atornilló el sombrero. convivir con un boyler enfermo es tener un extraño monstruo que no sabes cuando inundará la casa o estallará, (nunca estalló pero si inundó la casa) antes decidí desconectarlo y ahora tengo una temporada en agua polar...
viernes, noviembre 7
los rayos disiparán la neblina
fermentarán el abrazo de todas la noches
el cuerpo, no tiene otra salida que el toque eléctrico
la visión etérica y sus transformaciones.
no pedí estremecer la tierra bajo mis pies
ni llamar por tu nombre a la muerte
pero bueno aquí estás, sin cuerpo
sin maldiciones
ni animales redentores.
del sexo: la manoscuridad sin tiempo
parchó la soledad
con el insignificante detalle de estallar
en un nube cargada de luz.
fcr
fermentarán el abrazo de todas la noches
el cuerpo, no tiene otra salida que el toque eléctrico
la visión etérica y sus transformaciones.
no pedí estremecer la tierra bajo mis pies
ni llamar por tu nombre a la muerte
pero bueno aquí estás, sin cuerpo
sin maldiciones
ni animales redentores.
del sexo: la manoscuridad sin tiempo
parchó la soledad
con el insignificante detalle de estallar
en un nube cargada de luz.
fcr
ASTARTÉ
Si supieras cuánto placer existe en la yema de un dedo
el placer es una huella dactilar
que nos cubre como borbotón de ácaros rosa
insaciables se esconden entre legumbres
y gavetas del hipotálamo
a 37 grados centígrados
la época de apareamiento
reproducción reproducción reproducción
el ADN se muerde la cola y se mira en el espejo
el hipotálamo explota cual vaina madura
y caen ferozmente sobre algún lomo
que subordinan
enredados en los vellos de los amantes
se escurren por la asimétrica espalda del tiempo
al bode de una costilla
los tifones arrastrando ácaros y palabras
danzan enceguecidos
hacia un ombligo que estremece
Semiramis y el silencio emergen desnudos
contemplan sus sexos y te sonríen
con la lengua chismosa del helio
que nos lame hasta la planta del pie
el placer: la orquídea que no cabe en la oreja de esta noche
Diego Lazarte (del poemario: La Clavícula de Salomón)
Si supieras cuánto placer existe en la yema de un dedo
el placer es una huella dactilar
que nos cubre como borbotón de ácaros rosa
insaciables se esconden entre legumbres
y gavetas del hipotálamo
a 37 grados centígrados
la época de apareamiento
reproducción reproducción reproducción
el ADN se muerde la cola y se mira en el espejo
el hipotálamo explota cual vaina madura
y caen ferozmente sobre algún lomo
que subordinan
enredados en los vellos de los amantes
se escurren por la asimétrica espalda del tiempo
al bode de una costilla
los tifones arrastrando ácaros y palabras
danzan enceguecidos
hacia un ombligo que estremece
Semiramis y el silencio emergen desnudos
contemplan sus sexos y te sonríen
con la lengua chismosa del helio
que nos lame hasta la planta del pie
el placer: la orquídea que no cabe en la oreja de esta noche
Diego Lazarte (del poemario: La Clavícula de Salomón)
jueves, noviembre 6
miércoles, noviembre 5
el boxeador agarró su patineta y se fue por la ensenada-calle de altas banquetas.se percibe en su mirada el profundo choque de otros puños en su cara.
no no no me pegué un madrazo en la patineta, dice el ojo hinchado y labio roto
¿no será que te metiste a la boca un cable de alta tensión?
ni madres...me caí
una sombra de guantes habita en sus ojos, una furia encarnizada raya su pecho
y dice ya me largo me duelen las costillas...
no no no me pegué un madrazo en la patineta, dice el ojo hinchado y labio roto
¿no será que te metiste a la boca un cable de alta tensión?
ni madres...me caí
una sombra de guantes habita en sus ojos, una furia encarnizada raya su pecho
y dice ya me largo me duelen las costillas...
martes, noviembre 4
Un rayo cayó sobre la supreficie de un campo de futbol, el impacto tumbó a los jugadores al piso, algunos perdieron el sentido, otros sufrieron mareos, hubo quienes resistieron el embate y alguno murió de un ataque al corazón...así es el impacto del amor entre los seres humanos...eléctrico, fulminante... incendiario o en su defecto indiferente.
iré esta noche a buscarte
y te encontraré...
puedo verte escurrir por las banquetas
doblarme en tres partes
y comprarme un helado
lameré la suave fría crema
y el frío entumirá mi lengua
hasta que la sienta caerse
como el toque de las pilas en la lengua
iré a buscarte
entre la noche y el frío
te encontraré pegada
en la pared de la cocina
silenciosa, sujeta por siempre
al instante en que sonreíste con la mirada
y apretabas un gatito en las manos
(no un gatillo)
la noche mercurial caminata
y un helada estampa enla lengua.
y te encontraré...
puedo verte escurrir por las banquetas
doblarme en tres partes
y comprarme un helado
lameré la suave fría crema
y el frío entumirá mi lengua
hasta que la sienta caerse
como el toque de las pilas en la lengua
iré a buscarte
entre la noche y el frío
te encontraré pegada
en la pared de la cocina
silenciosa, sujeta por siempre
al instante en que sonreíste con la mirada
y apretabas un gatito en las manos
(no un gatillo)
la noche mercurial caminata
y un helada estampa enla lengua.
Angélica y negra, luz
Reír de olas sobre los caminos del mar,
Risa ahogada en lágrimas
El anciano suplicante mírate
Mientras, sobre repliegues, invisibles cortezas, arrastrando va los pies.
Como reflejo de su sangre te contempla,
Sangre que engendró a un Eteocles y un Polínce
Angélico y negro día;
El acre sabor de mujer que envenena al prisionero
Y surge de la ola, de la fresca rama llena de rocío.
Canta pequeña Antígona, canta, oh canta...
No te hablo del pasado; del amor te hablo.
Adorna tu pelo con espinas de sol, muchacha oscura.
Ha bajado al ocaso el corazón de Scorpio
El tirano en el hombre se ha marchado
Y todas las hijas del mar, Nereidas, Greas,
precipítanse hacia el luminoso advenimiento de la Anadyomena.
Aquel que nunca amó amará
En medio de la luz.
Giorgos Seferis
Reír de olas sobre los caminos del mar,
Risa ahogada en lágrimas
El anciano suplicante mírate
Mientras, sobre repliegues, invisibles cortezas, arrastrando va los pies.
Como reflejo de su sangre te contempla,
Sangre que engendró a un Eteocles y un Polínce
Angélico y negro día;
El acre sabor de mujer que envenena al prisionero
Y surge de la ola, de la fresca rama llena de rocío.
Canta pequeña Antígona, canta, oh canta...
No te hablo del pasado; del amor te hablo.
Adorna tu pelo con espinas de sol, muchacha oscura.
Ha bajado al ocaso el corazón de Scorpio
El tirano en el hombre se ha marchado
Y todas las hijas del mar, Nereidas, Greas,
precipítanse hacia el luminoso advenimiento de la Anadyomena.
Aquel que nunca amó amará
En medio de la luz.
Giorgos Seferis
lunes, noviembre 3
enciendo la cámara
una luz morada me alumbra las imágenes
raptadas por mis ojos
los cuerpos en movimiento
con su arnés de huesos
fluyen por las banquetas
egoístas silenciosos
rascandose la cabeza
los zapatos cubiertos de polvo
y la pasión enterrada en la cadera
la sombra de un olivo
las gitanas enseñando sus senos
el cenicero lleno de colillas blancas
los cuatro labios humedos
óptica desordenada de la fiera carne viva.
una luz morada me alumbra las imágenes
raptadas por mis ojos
los cuerpos en movimiento
con su arnés de huesos
fluyen por las banquetas
egoístas silenciosos
rascandose la cabeza
los zapatos cubiertos de polvo
y la pasión enterrada en la cadera
la sombra de un olivo
las gitanas enseñando sus senos
el cenicero lleno de colillas blancas
los cuatro labios humedos
óptica desordenada de la fiera carne viva.
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