lunes, noviembre 3

enciendo la cámara
una luz morada me alumbra las imágenes
raptadas por mis ojos

los cuerpos en movimiento
con su arnés de huesos
fluyen por las banquetas

egoístas silenciosos
rascandose la cabeza

los zapatos cubiertos de polvo
y la pasión enterrada en la cadera

la sombra de un olivo
las gitanas enseñando sus senos

el cenicero lleno de colillas blancas
los cuatro labios humedos

óptica desordenada de la fiera carne viva.


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