estas eléctricas escaleras
que suben y bajan de tu cerebro al mío
nací bronca
crecí torcida
el lenguaje se me dio arco y flecha
la voz aguardiente y granada
entro y salgo de mi lengua
con el ardor y suavidad de la navaja en la piel
la flor desértica se arma de un cuerpo espinoso
su artera belleza asombra
y diluye cualquier atisbo de rabia
en quien la ama
su dulce carne compensa
la estridencia
de su bronca existencia.
lunes, enero 17
miércoles, enero 5
es posible que no seamos felices, a pesar del sol algunas cosas siguen grises.
ellos, yo, somos agua mineral
me he dicho varias veces que no se puede andar por la vida arrastrandose, enseñando la boca torcida, o las manos llenas de cicatrices, que no puedo regodearme en el dolor y sí en la risa, aunque en ella un yunque haga pesada una parte del día.
ellos me miran desde sus tubos de plástico, encuentro la memoria que me hace fortalecer la risa y los musculos de la rabia con la sencilla claridad del agua mineral.
no somos indiferentes y más que revolcarse en la pena, es adentrarse en ella vivir con ella sin sentirla una canallada, una intusa que se pega a las tripas, a las emociones. sino saberlas mezclar.
por eso ellos y yo somos agua mineral.
ellos, yo, somos agua mineral
me he dicho varias veces que no se puede andar por la vida arrastrandose, enseñando la boca torcida, o las manos llenas de cicatrices, que no puedo regodearme en el dolor y sí en la risa, aunque en ella un yunque haga pesada una parte del día.
ellos me miran desde sus tubos de plástico, encuentro la memoria que me hace fortalecer la risa y los musculos de la rabia con la sencilla claridad del agua mineral.
no somos indiferentes y más que revolcarse en la pena, es adentrarse en ella vivir con ella sin sentirla una canallada, una intusa que se pega a las tripas, a las emociones. sino saberlas mezclar.
por eso ellos y yo somos agua mineral.
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