lunes, febrero 25

La indiferencia

Ella es toda lentes armani, huipil oaxaqueño, y la mano en el pecho cuando “Estrella” canta Sólo le pido a dios. Por la noche a bailar y cantar a coro con el grupo de trova latinoamericana, y vino de la región. Cuando se trata de externar su opinión acerca de la situación política del país, los pobres son revoltosos y güevones, los malpagados son desagradecidos y la paz la instala la pe efe pe. Cuando el pueblo, ese pueblo invisible sale a la calle con sus andrajos, una piedra y tres pesos en el bolsillo, hay que huirle.

Sólo le pido a Dios*
que el dolor no me sea indiferente,
que la reseca muerte no me encuentre
vacío y solo sin haber hecho lo suficiente.


¿Dónde quedó la mano en el pecho? ¿el dolor compartido? un joven con un cartucho de gas lacrimógeno en el pecho se desangra, otro joven con el cráneo abierto a macanazos llora en el piso ante la mirada rabiosa de su madre. La impotencia en la voz de una señora que entrega una flor a un policía que no puede limpiarse las lagrimas del rostro.
Un hombre agradece la muerte de un periodista extranjero, porque así Bush ordenó a Fox la incursión de la policía federal en Oaxaca.
Una mujer grita que la PFP es su convicción.

Sólo le pido a Dios
que lo injusto no me sea indiferente,
que no me abofeteen la otra mejilla
después que una garra me arañó esta suerte


Ensenada, BC
La mutilación de la conciencia vía antro gigante, la indiferencia con sus tintes folclóricos paseando en la primera. Jóvenes y adultos que no leen, no escuchan, no quieren abrir la puerta a otro mundo, cierran los ojos ante la realidad y cambian las manifestaciones por la baja 1000 y un six, aplaudiendo a un municipio que les vende cerveza hasta dejarlos tirados por la prima vía. La indiferencia tiene que ver con tres cerezas que coinciden en un traga monedas, tiene que ver con el cerebro dañado por los decibeles, la indiferencia tiene el rostro de un empresario joven aceptando lavar dinero, tiene que ver con un ebrio decrepito manoseando una niña en un antro, la indiferencia es el olvido del otro, cerrar la mano y golpear al amigo por que cree en otro líder.

Sólo le pido a Dios
que la guerra no me sea indiferente,
es un monstruo grande y pisa fuerte
toda la pobre inocencia de la gente.


Hoy es sólo sólo una letra más que seguir en el karaoque, con tres chelas de más y un coscorrón.
En Ensenada la indiferencia se viste de azul y blanco, le estalla la indiferencia en la mano y cree que la TV es un ente que todo lo sabe y nos informa puntual sobre la intolerancia de los revoltosos, la violencia de los renegados. En Ensenada la indiferencia se desayuna con Loret de Mola y cena con Eduardo Ruiz Healy.

En ensenada la indiferencia es el crucero de la Juárez y Miramar repleto de basura, son las bocinas que revientan el oído a los transeúntes. Levanta consorcios frente al mar, inaugura espás para ejecutivos estresados, claro en zonas alejadas del mundano mundo de los waldos, costcos. La indiferencia abarrota wallmart en el día de su inauguración. y la gente abandona eventos culturales. La indiferencia es la apertura constante de oxxos y el cierre de la tienditas de la esquina, es el abuso mediático de las imágenes que no coinciden con lo narrado.

Sólo le pido a Dios
que el engaño no me sea indiferente
si un traidor puede más que unos cuantos,
que esos cuantos no lo olviden fácilmente.


La indiferencia en Ensenada desea granaderos, arrestos a mano dura y “limpia” contra aquellos que dicen lo que no está bien, contra aquellos que ejercen contra su gobierno la última frase de la toma de protesta de cualquier funcionario “...que el pueblo me lo demande”
Que la indiferencia nos agarre confesados, cuando un tolete llegue a golpear nuestra puerta o la de algún vecino, amigo, hermano y le saquen a empellones...cuando la indiferencia se reproduzca en nuestros cheques y servicios médicos, cuando la intolerancia y la indiferencia apedreen y nos digan que somos demasiado gordos, demasiado viejos, demasiado feos o demasiado insulsos para obtener un trabajo.

Sólo le pido a Dios
que el futuro no me sea indiferente,
desahuciado está el que tiene que marchar
a vivir una cultura diferente.


*Letra de la canción: Sólo le pido a dios Autor: León Gieco