martes, septiembre 22

unidad, no en círculos sino en un expansivo y certero gusto por la vida

domingo, septiembre 13

heridas

llegué con tres heridas, una en un dedo del pie izquierdo, otra en el anular de la mano izquierda y una en la rodilla derecha.
llegué con tres heridas a la esquina de mi casa, tres perros negros, y la mirada inquisidora de un pordioceroo recostado frente a la ventana de mi casa.

no tengo perro, ya no tengo gato, y los grillos entran cada que abro la puerta de la casa.
no tengo perro ya no tengo gato y los grillos esperan a que abra la puerat de la casa para entrar.
los mato, no lo puedo evitar. no es odio a los insectos, no tengo historia apabullante contra el grillo cantor. simplemente donde brinco yo no puede haber más grillos.

mis tres heridas me duelen, la del pie al pisar, la de la mano al escribir. lavar, cualquier cosa que haga se me engancha la uña, doblo la pierna y la rodilla abre su herida y vuelve a doler.

la del pie me tropecé con el tapete de la casa, la del anular me corté con un cutter y la de la rodilla me di con una mesa de la marcheta, y luego otra vez al caer de la escalera de la casa mi rodilla dio con el filo metálico de un escalón

no tengo más animales en casa que una desordenada fila de hormigas y un grillo muerto, bueno. seguro que por ahí anda una araña o más.
respiro