lunes, noviembre 10

sigue ahí tan lleno de agua fría, tan silencio tan nada...el tanque oxidado, sus controles brillantes nuevos como si ninguna enfermedad le atacara...pero no sirve, le extrajeron las varillas catódicas hace tres años antes de instalarlo, y esa fue su sentencia, una muerte anunciada por corrosión, por la corrupta maña del plomero para tener un trabajo seguro, lo soldó varias veces y la última vez ni siquiera le atornilló el sombrero. convivir con un boyler enfermo es tener un extraño monstruo que no sabes cuando inundará la casa o estallará, (nunca estalló pero si inundó la casa) antes decidí desconectarlo y ahora tengo una temporada en agua polar...

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