lunes, agosto 1

¿Dónde están los críticos?

El sábado 30 de julio presentó su poemario Delfina Ramírez, quien acudió hace un tiempo al taller de experimentación literaria que imparto. Mismo que dejó por su propia voluntad en diciembre del 2004 sin concluir un ciclo, sin realmente llegar a experimentar con las formas y herramientas literarias que se ofrecen en el taller.

Un taller, no es una cátedra de literatura. Un taller no es la madriguera donde los cachorros van a ser amamantados y criados con apapachos y adulaciones.


Quizá no sea muy ético que yo escriba esto sobre una extallerista, quizá peque de imprudente, pero creo que no siempre debe uno quedarse callado. Me apena. Y a la vez siento que es necesario puntualizar algunas cosas.

En su presentación dijo haber invitado a sus amigos para que la defendieran de los críticos, apuntó repetidamente que en su tiempo la poesía era rimada, y que no se usaba el verso libre. Que en sus tiempos las cosas eran de otro modo y no se usaba lo que es ahora la poesía moderna de versos libres.

Cuando la escuché hablar de los críticos, pues no supe a quien mirar, aquí en Ensenada que yo sepa, jamás, en 20 años que tengo viviendo aquí, no he visto una sola crítica sobre cuestiones literarias, bueno si en una ocasión mi poesía afortunadamente pasó por el ojo crítico e inteligente de la dibujante y poeta Gloria Ortiz, críticas que publicó en el entonces periódico El Mirador, en su acertado acercamiento a mi trabajo de aquel tiempo, me marcó cosas importantes, como no sobreadjetivar, cuestiones sintácticas, retóricas etc. Recuerdo que fue algo revelador para mí. Gloria murió hace ya tiempo, hoy tendría alrededor de 60 y algo de años.
Siempre me consideraré afortunada y agradecida por sus comentarios y críticas. Sobre todo que jamás influenció para ello la amistad. Así que cuando Delfina habló sobre los críticos pensé en que realmente me gustaría que los hubiera, buenos, inteligentes, adentrados en la creación literaria, en la lectura. Sin falsas adulaciones o sobadas de lomo.Y tampoco esa crítica destructiva que no deja vivo ni un texto.

En el taller que coordino la crítica sobre el texto, los comentarios sobre el texto, van enfocados a trabajar lo que el tallerista requiera. Jamás, y lo digo al inicio de cada ciclo, jamás son comentarios personales acerca del autor o su vida personal. Aunque lo que se escribe esté ligado a ello. Para mi la literatura es la vida misma, por eso es importante que se entienda que un taller no es un semillero de escritores, si acaso es un punto de reunión para trabajar, conocer diversos puntos de vista, aclarar dudas, encontrar puntos débiles y trabajarlos, conocer los recursos literarios.

Con respecto a los versos libres tan modernos para Delfina y los rimados utilizados en su época, me pareció absurdo escuchar a Delfina hablar de ello, pues en la presentación que hace de su poemario el Maestro Valdemar Jiménez Solís menciona los versos libres de Delfina. ¿? Hasta donde yo entiendo y con todas las dudas que tengo sobre mi academicismo, el verso libre es más antiguo que Delfina, no es ninguna cosa moderna, y aún dentro de su poemario encontramos rimas mal estructuradas, y versos no tan libres. Con todo el merecido respeto, creo que la edad no tiene nada que ver con estas cosas, y así se lo dije a Delfina, la edad es atemporal en la creación literaria. La edad es sólo una etiqueta de defensa cuando se desconocen cosas y hay que argumentarlas.

En fin, enhorabuena a Delfina por cumplir con uno de sus objetivos. Le deseo buena suerte.

Y mil disculpas si le incomodó mi presencia en la presentación de su poemario. Yo debía aparecer sólo en la contraportada de su libro. Algo, claro, de lo que también pudo haber prescindido.

Flora Calderón Ruiz

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