domingo, febrero 9

Para

Para que dejen de cantar las aves. Para no salir de casa.
Para encerrarse en lamentos. Para desactivar energía.
Para amoldarse a la taza de café. Para torturarse por guardarse del polvo.
Par no soñar. Para no disfrutar el naufragio.
Para callarse la luna y depositarla en el ojo vacío.
Para condolerse por lo no obtenido. Para deambular con un dolor en el pecho.
Para manifestarse en desentono con la vida.
Para restregarse una y otra y otra y otra vez contra los cristales
de las cosas pospuestas.
Para dejar de sentir todo ese terror ninguna de mis palabras sirven.
Nada, al parecer, que diga haga cante escriba, mitigará esos paraqués.
f.c.r

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